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Breve historia del olivar: de árbol sagrado a agricultura de precisión

 

El olivo acompaña al Mediterráneo desde hace milenios. Primero como símbolo y alimento; hoy, una agricultura de precisión

 

Orígenes: domesticación y primeras rutas

 

Hace 5.500–6.000 años, en el Mediterráneo Oriental (Levantino/Anatolia), se domesticó el olivo silvestre.

Fenicios y griegos lo expandieron por el Mediterraneo; con ellos llegaron plantones, técnicas de injerto y comercio del aceite.

Roma convierte el aceite en un producto estratégico. Hispania Baetica (Andalucía actual) se vuelve gran exportadora: ánforas con sello hispano llegan al Tíber por millones.

 

Edad Media: saber agronómico andalusí

 

Bajo Al-Ándalus se consolidan terrazas, riegos y podas racionales. Tratadistas como Ibn Bassāl (Toledo) o Ibn al-‘Awwām (Sevilla) describen marcos, injerto, laboreo y conservación. El olivo se “regionaliza”: se seleccionan ecotipos que darán lugar a nuestras variedades locales.

 

3) Del XIX al XX: cooperativismo y primer salto técnico

 

Siglo XIX: expansión de superficie, mejora de molinos (prensas de viga a hidráulicas).

Siglo XX: cooperativas, decantación y filtrado mejorados, primeras recolectoras vibradoras de tronco y pinza; fertilización mineral y fitosanitarios que estabilizan cosechas.

 

La revolución reciente (1990–hoy)

 

Riego localizado (goteo): más kilos y aceites más estables.

Plantación en seto (superintensivo): marcos estrechos, variedades de porte pequeño (Arbequina, Arbosana, Koroneiki), entrada en producción muy rápida y cosecha totalmente mecanizada.

Mecanización de la recolección en tradicional e intensivo: vibradores de tronco y recolectores con paraguas (pinza monomasa/bimasa, caudal variable, enfriadores), que acortan tiempos, reducen caídas y mejoran la limpieza.

Calidad y trazabilidad: molturación en 24 h, inertización, AOVE premium, DOP/IGP, y el consumidor más formado.

 

El olivar en España (y un guiño a Extremadura)

 

España lidera la producción mundial con un 45% de la producción mundial exportando a mas de 180 paises de los cinco continentes. En la mitad sur dominan Picual, Hojiblanca, Arbequina y Cornicabra.

Extremadura aporta aceites diferenciados (por ejemplo, Manzanilla Cacereña en Sierra de Gata–Hurdes), con mezcla de secano tradicional, fincas intensivas y seto en zonas de riego. La modernización de almazaras y la profesionalización del campo están elevando la calidad y el valor añadido de la región.

 

Variedades: por qué “cada finca tiene su olivar”

 

Picual: gran estabilidad, rendimiento alto; tolera bien recolección mecanizada.

Arbequina: precoz, ideal para seto; aceites dulces, fragantes.

Cornicabra: rústica, muy apreciada en La Mancha/Extremadura; aceites con carácter.

Hojiblanca: versátil; aceites equilibrados.

Manzanilla Cacereña: identitaria en el oeste; dulzor y notas verdes muy apreciadas.
Elegir variedad hoy no es solo agronomía: pesa la estrategia de cosecha (paraguas/peine/harvester), el marco y el destino del aceite.

 

Retos del presente

 

Rentabilidad: costes al alza (mano de obra, insumos) vs. precios volátiles. Clave: mecanizar, optimizar agua y mejorar eficiencia en cosecha/molturación.

Agua y clima: goteo, sondas, cubiertas vegetales y manejo del suelo para ahorro hídrico y menos erosión.

Calidad/valor: lotes diferenciados, certificaciones y venta directa ayudan a sostener precios.

Relevo generacional: digitalización y maquinaria amigable atraen a nuevos agricultores.

 

 ¿Hacia dónde va el olivar?

 

Automatización suave: guiado, sensores, monitorización de rendimiento por árbol.

Más mecanización en tradicional: vibradores y paraguas mejor integrados, que alargan la vida del olivar “de toda la vida”.

Sostenibilidad rentable: cubiertas, manejo integrado y precisión para producir mejor con menos.

 

Línea de tiempo 

 

~3500–3000 a.C.: domesticación en el Mediterráneo Oriental.

s. VIII–V a.C.: expansión fenicia/griega a Iberia.

s. I–III d.C.: Hispania Baetica, gran exportadora de aceite a Roma.

s. XI–XII: manuales andalusíes sistematizan técnicas.

s. XX: cooperativas, primeras vibradoras, salto de calidad.

1990–hoy: riego localizado, seto, cosecha 100% mecanizada, AOVE premium.

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Para terminar

 

El olivar ha pasado de símbolo milenario a agricultura de alta precisión. Quien combine criterio técnico, mecanización y calidad tiene margen para seguir viviendo —y bien— del olivo.